La hernia de hiato es una disfunción en la que parte del estómago pasa a través de una pequeña abertura que existe en el diafragma (hiato diafragmático) hasta la cavidad torácica.
Si el estómago se desplaza hacia el tórax, la efectividad de esta barrera desciende y el contenido gástrico puede alcanzar con facilidad al esófago.
La mitad de la población presenta esta alteración, aunque generalmente es asintomática, siendo más frecuente a partir de los 50 años.
¿Cuáles son los síntomas de la hernia de hiato?
El síntoma más común de la hernia de hiato es el ardor o quemazón que asciende desde el estómago hacia la garganta, este el principal síntoma del reflujo gastro-esofágico que favorece esta disfunción, además provocan digestiones lentas.
Todo esto produce la aparición de gases intestinales que provocan eructos. También puede ir acompañados de carraspera o dificultad respiratoria.
¿Qué causa la hernia de hiato?
Existen factores dietéticos o formas de vida que pueden contribuir al reflujo gastro-esofágico como por ejemplo los alimentos que consumimos habitualmente: el chocolate, la pimienta o especias, la menta, las grasas, el café y las bebidas alcohólicas favorecen la relajación del esfínter y, por lo tanto, el reflujo. Fumar es otro de los factores que más afectan en la contribución del reflujo gastro-esofágico, ya que el tabaco también produce la relajación del esfínter.
Otros factores como la obesidad, embarazo o determinados tipos de ejercicio físico también favorecen la aparición del reflujo debido al aumento de la presión intra-abdominal.
¿Cuál es su tratamiento?
Cuando el caso es leve, el tratamiento tiene únicamente como objetivo controlar los síntomas; si fuese grave su objetivo cambia y va más allá del alivio clínico, intentando evitar o tratar las complicaciones que puedan producirse a causa de este reflujo.
El tratamiento de un caso leve consiste en tomar medidas dietéticas y posturales de sencillo cumplimiento que permiten en el 25% de los casos un control de los síntomas correcto:
Evitar las comidas y las bebidas que favorecen la relajación del esfínter, como por ejemplo:
- Grasas (especialmente fritos)
- Pimienta y especias
- Chocolate
- Alcohol
- Café
- Frutos cítricos y tomate
Perder peso en los casos en los que se trate a pacientes con problemas de obesidad.
Dejar de fumar.
Elevar la cabecera de la cama unos 10 cm mediante la colocación de tacos de madera u otro material que soporte bien el peso, en las patas delanteras de la cama.
Evitar acostarse entre 2 ó 3 horas después de cada ingesta.
Si estas medidas no son suficientes se aplicará tratamiento farmacológico. Aunque las medidas iniciales deben mantenerse a su vez para el buen control de la enfermedad.
Tratamiento farmacológico
Hay 2 tipos de tratamiento farmacológico:
Fármacos que disminuyen las secreciones ácidas del estómago.
- Antiácidos: neutralizan el ácido existente en el estómago. Consiguen un alivio de los síntomas rápido pero por breves periodos de tiempo. Si son utilizadas durante más de tres semanas seguidas por necesidad de alivio clínico, es imprescindible visitar al especialista para que pueda estudiar el posible reflujo y opte por el tratamiento más adecuado para el paciente.
- Antisecretores: inhiben la secreción ácida del estómago. Este fármaco no neutraliza el ácido que segrega el estómago, por lo que el alivio de los síntomas no se aprecian tan rápido como el efecto conseguido por los antiácidos, aunque es más duradero. Este fármaco se puede considerar más como una forma de prevención de los síntomas, más que de alivio rápido una vez que aparecen. Estos son los más utilizados en los casos de síntomas crónicos, cuando nos referimos a «enfermedad por reflujo gastro-esofágico».
Fármacos que aumentan el tono muscular del esfínter y favorecen el vaciamiento del estómago.
- Se conocen en general como procinéticos. Suelen utilizarse asociados a los anteriores para conseguir una mayor efectividad.
- En ocasiones puede ser el único tratamiento de mantenimiento necesario.
Tratamiento Fisioterapéutico
Mediante la terapia manual se puede tratar esta patología. A través de técnicas diafragmáticas y viscerales se ayuda disminuir la sintomatología y reducir la hernia.
Un especialista en fisioterapia puede disminuir tus síntomas, ayudándote en el proceso y mejorando tu calidad de vida.