
¿qué es?
El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ataque o derrame cerebral, strokeo ictus, Según cifras del Ministerio de Salud (Minsal), se calcula que anualmente hay 24.964 casos nuevos, por lo que hoy en territorio nacional existen 69 casos cada día.
El ACV, que es una emergencia médica y problema crítico de la Salud Pública nacional, sucede cuando se interrumpe el suministro de sangre al cerebro o cuando existe una hemorragia en él.
Asimismo, puede ocurrirle a cualquier persona de súbito, independiente de su edad, sexo o raza.
Es tal el peligro de este fenómeno, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que 15 millones de personas lo sufren. De este número, 5 millones fallecen y 5 millones quedan permanentemente discapacitados
“Los motivos del accidente pueden ser la hipertensión arterial, un aneurisma cerebral, el uso de drogas, entre otros”.
clasificación
Entre las modalidades del ataque, se encuentran el isquémico y el hemorrágico, según indica el doctor Diego Herrero, neurólogo de la Clínica Alemana.
El primero, también llamado infarto cerebral, es el más frecuente y sucede por un bloque del flujo normal de sangre en algunas de las arterias que irrigan la masa encefálica. Esto puede ocurrir generalmente por arterioesclerosos o bien por una embolia cerebral.
El 80% del total de los ACV pertenecen a esta clasificación.
Por otra parte, y mucho más letal, está el ACV hemorrágico, denominado apoplejía o hemorragia cerebral. Este ataque se origina por la ruptura de un vaso sanguíneo en el órgano lo cual ocasiona un derrame.
Síntomas
Los síntomas a través de los cuales se puede reconocerse un AC o ictus son:
- Sonrisa asimétrica (un lado de la cara de la persona se deprime, mientras que el otro mantiene su temple).
- Dificultad para hablar. El decir una oración se vuelve un problema para el que esté atravesando un ACV, ya que la lengua se interpone como “tapando” lo que se dice. Si el ACV se produce del lado izquierdo puede incluso llegar a existir dificultad para expresarse.
- Mareo o sensación de aturdimiento.
Para confirmar que existe o no el ACV pide a la persona que mientras tiene los ojos cerrados suba los brazos. Si no puede mantener un brazo en el aire, entonces se está produciendo una parálisis por culpa de un ACV. Sucede igual con las piernas: si se le pide a la persona que levante ambas piernas y una no puede mantenerla en el aire existe la posibilidad de que se esté produciendo una parálisis por un ACV.

Evaluación del estado actual del paciente.
Establecimiento de los objetivos y metas a alcanzar en base a los datos obtenidos.
Selección del método terapéutico que mejor se adapta a las necesidades del paciente.
Seguimiento de todo el proceso por parte del mejor osteópata en Huelva y fisioterapeuta.
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